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25 junio, 2012

Soñando Por Un Sueño

La idea es así: Los participantes se tiran a dormir. A medida que se van levantando, tienen que contar lo que soñaron. Un jurado (en donde no se permite gente con cirugías estéticas) pone un puntaje a los sueños. Al ganador, le reproducen el sueño.
Ese es el programa que haría si fuera emperador del universo.

14 octubre, 2010

Más Relatos de Juan

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Luego de investigar arduamente el tema, Juan inventa un test para detectar sueños: una serie de preguntas que al ser formuladas determinan si uno está soñando. El test no falla nunca, funciona tanto con sueños eróticos como en las más oscuras pesadillas. Todos despiertan sin problemas; comienzan a formular las preguntas y ni bien descubren que se trata de un sueño abren los ojos. Un día, o quizás una noche, no estamos del todo seguros, Juan despierta.

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Un telegrama informa a su familia que Juan ha muerto en la guerra. Al tiempo, ignorando este detalle, Juan regresa a su casa. Hay fiesta. Sus padres no quieren ni dormir, temen que al despertar todo haya sido un sueño. El destino corrige sus errores, a la semana Juan muere en un accidente. Sus padres, sin atreverse a confesarlo, están seguros de que, cuando menos se lo esperen, volverá a aparecer.

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Juan, un conocido blogger de internet, decide crearse un alter ego para poder expresar sus ideas más radicales sin alterar su reputación actual. Al poco tiempo, su alter ego comienza a acumular seguidores; sin embargo, descubre que aun no es tan sincero como debería, pero, temiendo perder a estos últimos debido a un cambio de linea, opta por crear un segundo heterónimo, aun más crudo y ácido. Contrario a lo que hubiese esperado, gran cantidad de seguidores comienzan a prestar oídos a este segundo, que, de tan rebelde, jamás se le podrían escapar cursilerías como las escribe Juan sin comprometer su fama. Entonces, reflexiona, así tampoco puede decir lo que desea. Tarda, pero al fin comprende que sin identidad es imposible decir lo que se piensa.

*** 

Pueden leer los primeros relatos de Juan acá: Relatos de Juan

También aprovecho para comentarles que mi cuento Final Abiero ha sido publicado en la revista Oblogo que puede conseguirse en muchos lugares de la ciudad de Buenos Aires, o leerse online en la página de la revista.


20 febrero, 2010

Mientras tanto...

Una fría mañana luego de un sueño agitado, yo, que no era más que una pobre cucaracha de Praga, desperté convertido en un pálido hombre de negocios. Me encontraba aun en el callejón donde había pasado toda mi vida, tirado plácidamente entre la basura.
Mi primera reacción, un infructuoso intento por levantarme, tuvo por consecuencia la muerte de la mitad de mi familia. El resto de mis hermanas, varios primos e incluso mi madre indignada, corrieron a esconderse con más susto que asombro. Mi novia, junto a quien había pasado la noche anterior, se encontraba aplastada bajo la manga de mi saco. La descubrí al notar la risa sarcástica de Margarita, una vecina que desde hacía un tiempo se me venía insinuando. Limpié sus restos con unas solemnes palmaditas y aproveché para mirar la hora. Noté azorado que había perdido el tren de las cinco, pero si me apuraba podía alcanzar el de las siete. Tomé el maletín que se encontraba a mi lado y empecé a correr.

03 enero, 2010

El tiempo del lobo

Llegó el tiempo del lobo. Sólo pienso en coger. Sólo pienso en matar. Morir salvaje.
Nos están cazando. Las ciudades fueron devoradas. Sólo uno cada cien aun sobrevive. Es mejor andar solo. El fuego, un lujo, muy peligroso. Hay que aprovechar la sangre brotando caliente, dulce manantial de vida.
De a poco vamos olvidando las palabras, ya nadie confía.
Comienza a correr cuando me descubre al acecho. Es apenas una niña, cosa fácil. Al ser atrapada no grita, no tiene miedo, guarda sus fuerzas para la lucha. Lo más rápido es quebrarle el cuello, sin embargo, observo pasmado, la estoy abrazando. Sus se uñas se clavan en mi rostro. Pienso en romper sus muñecas. Hago presión en sus manos, frágiles, las aparto. No comprendo qué pasa, maldito instinto. Saco el cuchillo y, presa de un reflejo involuntario, corto un pedazo de queso de mi morral. Le pregunto si tiene hambre. Se lleva un trozo de queso a la boca mientras tiembla.
Le entrego mi saco y me voy, no puedo dejarme caer en la tentación de seguir cuidándola.

07 diciembre, 2009

Esa gente rara

El primero llegó del sahara, de poco río cruzar, olía entre pimienta o menta.
El segundo vino de los jardines de cuero, un tanto parco, aunque con una risa de armas tomar.
El tercero no era más que un guapo soldado, duro como una estatua, con unos rulos de antaño, muy graciosos por cierto.
El cuarto tenía la piel gastada del mar, era fácil de gentes, difícil de amarrar.
Al final se cansó, se quedó con el vecino.

25 noviembre, 2009

Tango al vesre

Me dijo que nomás bailaba el tango en tanga, vestida sólo por el cuerpo del otro. Y no había tongo, porque en un dos por cuatro, deslizándose entre sus piernas, el vestido dibujo un ocho en el suelo. Yo le bailé al vesre: dejándome llevar. Por los pliegues de sus gambas, que gemían y respiraban como un fuelle, forzosamente olvidé, que en el gotán, cuando uno avanza, el otro retrocede.

08 septiembre, 2009

El país de los viejos

Un día un abuelo salió a sacudirse el polvo. Aprovechando la polvareda, le cortaron el cuello. Para saciar la culpa se lo comieron. Estaba tan, pero tan rico, que ya es tradición: en el país de los viejos, cuando alguien se mueve demasiado, va a parar directo al asador.

Los Lobos

En el país de los lobos todos deben vestir piel de oveja. Un día un lobo salió a correr desnudo. Horror, gritaron las madres, al tiempo que le habrían el cuello con sus dientes de oveja. Los niños, finalmente horrorizados, rompieron en llanto y no había forma de consolarlos. Lloraban como perros afligidos. Entonces, para calmarlos, le cosieron trajes de lobo para que se disfracen y salgan a jugar al bosque. Pero usar un traje sobre otro es pesado e incomodo, y cada tanto, alguno vuelve a desnudarse (acaso pensando que es más o menos lo mismo). Inmediatamente se lo vuelve a ejecutar: la industria del disfraz no puede darse el lujo de perder semejante negocio.

20 agosto, 2009

Nuevos Aforismos

Dichoso aquel que lleva todas sus deudas al día, pero más lo es quien le cobra.
Todo lo que desees será tuyo, pero antes tendrás que hundir en la miseria a un montón gente.
Al que madruga dios lo ayuda, pero al que puede dormir hasta tarde directamente lo mantiene.
Más vale sufrir por amor que por sífilis.
Quién haya encontrado la felicidad, la fama y la fortuna... ¿me diría como hizo?
Para las mujeres los albañiles no sólo levantan edificios sino también ánimos.
Aquel que duerme todo el día... ¿acaso no se pasa la vida persiguiendo sus sueños?
El fin justifica los medios, pero... ¿quién justifica a los cortos y los largos?
Cuanto más se esfuerza el fin en justificar los medios, más sencillo le es a los principios condenarlos.
No insista. Si no está dispuesto a matar, la conducción del sindicato jamás será suya.
Si la gente ha de arrodillarse ante ti, al menos ten la decencia de que el piso esté limpio.
No es que todos los colectivos me dejen en la esquina, es a veces me gusta caminar un poco antes de llegar a casa.

30 julio, 2009

Confesiones De Café

-He perdido la cuenta de las veces que el puñal traicionero se ha atorado en mi espalda. He perdido la cuenta de las sonrisas que en mi juventud me invitaron a pasearme por el paraíso y los zaguanes. He perdido la cuenta de los sueños que transidos como arena se me han escurrido entre las manos. Pero si hay algo que no he olvidado, que recuerdo perfectamente en esta vida, es que fueron siete, y no seis, las cervezas que usted se ha tomado. Así que pague y no se haga el sota-, fue lo que me dijo el otro día un mozo en Gorostarzu.

28 julio, 2009

Cuatro finales para un cuento fantástico

En la antología “Cuentos breves y extraordinarios” de J. L. Borges y A. Bioy Casares se incluye el cuento que transcribo a continuación:

Final para un cuento fantástico

-¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!

La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.

-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!

-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.

Pasó a través de la puerta y desapareció.

I.A. Ireland

El mismo es atribuido por los autores a un tal I. A. Ireland, que vaya uno a saber si no es otra más de las invenciones a las que este par nos tenía acostumbrados.

De todas formas, el tema acá es otro. Como ya ustedes habrán notado, el título del cuento encierra en sí una invitación a imaginar un principio para el mismo, así que de revirado nomás se me dio por fabular cuatro finales que copio a continuación (los finales son independientes uno del otro):

1.

Pasó a través de la puerta y desapareció.

De a poco, el hombre fue olvidando este episodio al tiempo que comenzaba a construir sus recuerdos. Había quedado atrapado en su vida.

2.

Pasó a través de la puerta y desapareció.

En su desesperación, el hombre comenzó golpear la puerta, la cual permaneció sorda y muda a sus reclamos. Agotado, luego de limpiar la carne de los huesos de sus manos, se dejó caer en el suelo y se arrastró hasta un rincón. Abrazado a sus rodillas, se resigno a un lastimoso llanto, cuando de repente apareció ella y le dijo -¡Cómo te cagaste, guacho, eh!-, al tiempo que le abría puerta.

3.

Pasó a través de la puerta y desapareció.

El hombre permaneció en silencio. Al principio le costó ver, pero cuando sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad pudo distinguir claramente las formas de una estatua viviente, un boy scout y un corredor de bolsa atrapados junto a él en el cuarto. El horror acababa de comenzar.

4.

Pasó a través de la puerta y desapareció.

Puta madre -pensó en silencio-. Me la han vuelto a hacer.

Buscó en el bolsillo de su saco y dio gracias a dios de que aun quedase media botella de brandy, de la cual bebió de un solo trago hasta no dejar más que unas cuantas gotas en la misma. Tienes que calmarte, Gerace -se dijo a si mismo mientras contenía una fuerte arcada en su garganta-. Hay que ver las cosas en perspectiva.

Dicho y hecho se alejó cinco pasos de la puerta y escudriño la habitación palmo a palmo hasta que, luego de mirar por quince minutos, dio un grito de alegría. Lo sabía -dijo-. Esa perra estaba tan o más borracha que yo; se ha olvidado de cerrar la ventana, si logro atravesarla seré libre. Estos fantasmas de hoy ya no son lo que eran, lo que se reiría Phil si aun estuviese vivo...

Más allá de que la ventana estaba a menos de un metro de altura Gerace tardó un día y medio en lograr pasar a través de ella. Al final, la justicia prevaleció.

24 marzo, 2009

Relatos de Juan


Allá por el año 96 o 97 en un taller literario al que concurría nos dieron una consigna de escribir en algo así como una hora, o quizás menos o más tiempo, varios relatos cortos. No recuerdo exactamente cual era la consigna, pero más o menos así venía la mano. Por ese entonces yo había leído algo de las Historias del señor Keuner de Bertolt Brecht y visto en Caloi en su tinta unos cortos checos, creo, que trataban sobre sobre sucesos poco probables que que se iban concatenando hasta llegar a conclusiones desopilantes (el abc de la comedia básicamente). Teniendo estas dos cosas en mente a mi se me dio por escribir los siguientes relatos, a los que siempre tuve cierto aprecio.
Relato 1
Juan compra una alfombra. Paralelamente a este suceso, sus hijos, frente a la negativa su padre a dejarlos tener mascotas, meten de contrabando un gato callejero a la casa. Pasa una semana y la casa termina infestada de pulgas. Juan no encuentra otra explicación que el que éstas hayan venido con la alfombra, así que enfurecido, la carga en el auto y se va al negocio a reclamar. En el negocio no aceptan el reclamo y Juan , para acabar con las pulgas y tomar represalias, decide prender fuego la alfombra en la puerta del local. Mientras, sus hijos, para que el padre no se de cuenta de que las pulgas continúan a pesar de que ya no está la alfombra, deciden llamar a un fumigador. Al llegar Juan a su casa, ve humo saliendo por debajo la puerta y piensa que los del local le están incendiando la casa en forma de venganza. Loco, sale corriendo hacia la estación de bomberos y luego se dirige a una comisaría a denunciar lo sucedido. Al llegar, los bomberos se encuentran la casa a la perfección y sin el más mínimo rastro de haber sufrido ningún incendio. Tampoco hay ningún indicio de las pulgas. Juan es declarado demente e internado en un manicomio. Los hijos festejan contentos, ya no hay nadie que les impida tener mascotas.
Relato 2
Juan sale en pedo de un boliche y sin querer atropella con el auto a un fundamentalista árabe y luego va a parar contra un árbol. Los familiares del muerto averiguan a la familia de Juan y la asocian con un tal Ramiro hermano de Lucas amigo de Tito hijo de Jacobo primo de Teodoro miembro de un movimiento por la paz en Israel. El 17/8/96 explota el auto del padre de Juan que acababa de ser vendido a Ibrahim medico personal de Nino Brigatti, jefe hipercolesterolemico de la mafia local. Nino piensa “¿Que forma extraña la de querer matar a un hombre, asesinando a su medico?”. Pero por precaución, no vaya a ser cosa que, decide mudarse junto a un sanatorio y comienza una dieta a base de verduras.
Relato 3
Juan llega a la ciudad en busca de alojamiento. Una familia, que pretéritamente había perdido un hijo, decide alquilarle la habitación que ha quedado libre. El tiempo pasa, y Juan se va dando cuenta de que paulatinamente comienzan a tratarlo como si fuera de la familia; a veces, hasta le confunden el nombre. Sigue pasando el tiempo y empieza a sospechar. No es natural que una mujer muera de envenenamiento y, luego, un hombre desaparezca misteriosamente. Mucho menos natural es que estos sean su padre y su madre. El tiempo sigue su paso, y luego de meditarlo, descubre que el nombre Pablo le queda mucho mejor que Juan.
Relato 4
Un hombre llamado Juan descubre que ya no puede reír mas. Entonces, quien sabe por qué, comienza a ir al circo.
Relato 5
Una mujer llamada Juan, criada en un monasterio del Himalaya ,descubre luego de llegar por primera vez a una ciudad que tiene nombre de hombre. Inmediatamente comienza a sentir una gran incertidumbre acerca de su sexo. Para salir de esta decide enamorarse. Luego de varios intentos termina enamorada de un tipo y llega al conclusión de que realmente es mujer. Luego, ya pasado el tiempo, hojeando una revista Playboy de su novio comienza a ver tipas con tipas; tipos con tipos; tipas jodiendo con tipos y tipas y todo mezclado. Termina por caer en una incertidumbre aun mayor a la de antes y decide asexuarse.
Relato 6
Juan deposita un sombrero en el suelo y empieza a recitar a cuatro vientos poemas de amor. El dinero aumenta en el sombrero y el hombre se hace fama de gran poeta. Al ser entrevistado en un programa de TV en el cual le preguntan quien inspiro tales poemas responde sin dudarlo: “el dinero en la gorra”.
Relato 7
Un día, hace ya mucho tiempo, Juan se levantó y dijo “No hay lugar para nada nuevo bajo el sol, ya está todo inventado”. Sin saberlo, había inventado el pesimismo.
Relato 8
Un hombre  llamado Juan compra un muñeco a cuerda y se obsesiona con éste. Al cabo de unos años se hace famoso por escribir un ensayo sobre el hombre moderno.

14 marzo, 2009

Acompañado

A veces, cuando estoy lo suficiente borracho como para saber que al otro día no voy a recordar nada, me gusta consentirme. Entonces es que me preparo un sándwich, lo condimento con mucho picante, y lo guardo en la heladera. Me escribo algo lindo en el espejo del baño. “Sos groso, sabelo”. O me mando un email con un poema. “Se trajo en el corazón / un pez del mar de la china / A veces se ve cruzar / Diminuto por sus ojos / Olvida siendo marino / los bares y las naranjas / Mira al agua”. Cosas sencillas, pero lindas. Al despertar, me reconforto en la sorpresa de saber que ese otro, así y todo, piensa en mí. Es una forma simpática, divertida y siniestra de sentirse acompañado.

Persistencia de la noche

Al despertar, sus amigos, aun borrachos, seguían allí.