25 enero, 2010

Allá a lo lejos, aquí tan cerca

Con sus vericuetos aristas esquinas sótanos y azoteas mirando al sol hasta volverse penumbra diáfana en la bruma de la noche de tanto buscar gozando hasta el devenir de la aurora que se resiste retorciéndose en el horizonte como una serpiente que vomita páprika y pimienta en el cielo y se da contra el suelo y se pierde en un caleidoscopio de polvo y fuego mientras sueñan con volver a encumbrarse en la cima del miedo y la dulzura en el cálido aliento que arroja la manía en su boca de dragón y misterio.
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Bueno, aparte de eso, quería aprovechar para comentarles que hoy, Lunes 25 de Enero, estoy cumpliendo 30 añitos, así que se aceptan saludos (y regalos también ya que estamos :P). En otro orden de cosas, les comento que junto con Laura Luz hicimos un relato que está publicado en el blog de MariaC. Así que si gustan, pasen y lean: Un tal Esteban

03 enero, 2010

El tiempo del lobo

Llegó el tiempo del lobo. Sólo pienso en coger. Sólo pienso en matar. Morir salvaje.
Nos están cazando. Las ciudades fueron devoradas. Sólo uno cada cien aun sobrevive. Es mejor andar solo. El fuego, un lujo, muy peligroso. Hay que aprovechar la sangre brotando caliente, dulce manantial de vida.
De a poco vamos olvidando las palabras, ya nadie confía.
Comienza a correr cuando me descubre al acecho. Es apenas una niña, cosa fácil. Al ser atrapada no grita, no tiene miedo, guarda sus fuerzas para la lucha. Lo más rápido es quebrarle el cuello, sin embargo, observo pasmado, la estoy abrazando. Sus se uñas se clavan en mi rostro. Pienso en romper sus muñecas. Hago presión en sus manos, frágiles, las aparto. No comprendo qué pasa, maldito instinto. Saco el cuchillo y, presa de un reflejo involuntario, corto un pedazo de queso de mi morral. Le pregunto si tiene hambre. Se lleva un trozo de queso a la boca mientras tiembla.
Le entrego mi saco y me voy, no puedo dejarme caer en la tentación de seguir cuidándola.