Gracias a un afortunado
desliz del destino, que quiso que uno de mis cuentos (Final Abierto)
obtenga el favor del jurado en el premio Oblogo - Banco Hipotecario,
tengo el honor de poder compartir con ustedes esta grata noticia.
Quiero aprovechar la
ocasión para agradecer a todos los que siguen el blog y
continuamente me alientan y acompañan en este camino. Y por
supuesto, muchas gracias también al jurado y la gente de Oblogo, que
llevan adelante un proyecto sumamente admirable.
Bueno, como para que no
sea todo puro pavonearse y agradecimientos, a continuación van tres
cuentitos que tenía anotados medio al margen de un cuento que estaba
escribiendo (que ya terminaré).
Tres cuentos de fusilados
Era el
mejor soldado, pero había cometido un terrible desacato. Sus
compañeros, debían fusilarlo esa misma tarde. Era una injusticia, lo
sabían todos, pero el general tenía su carácter. Acordaron que
ellos también se rebelarían; cada vez que les ordenasen fuego,
errarían el disparo a discreción.
Llegada
la hora de la ejecución, a la primer orden, todos dieron en el
blanco.
***
Un preso
a punto de ser fusilado le pregunta al otro:
–¿A
qué no sabés que le dijo un fusilado a otro?”.
–No.
¿Qué le dijo?
Entonce
el general dio la orden de fuego y se terminó el chiste.
***
Tres
condenados marchan al paredón. Uno es un ladrón decidido y el otro
uno arrepentido; el tercero, quien dice ser el salvador, refiere al
segundo que su arrepentimiento habrá de salvarlo. Dispuestos los
tres, el general da la orden de fuego que derriba al salvador y al
ladrón decidido. El ladrón arrepentido busca en vano la herida en
su cuerpo y sonríe mirando al cielo. En eso disparan la segunda
descarga y muere pensando que se salvaba.