17 julio, 2009

La Ronda

Alejandra, como tantas otras, ama a Gustavo, un tipo lindo al que nunca le costó convencer a la gente de que tiene una o dos cosas claras en la vida y anda siempre bien peinado.
Gustavo, como si no tuviese importancia, ama a Julieta, quien, sin perder nunca su mirada simpática, escéptica a golpes y porrazos, es capaz de oler mierda hasta en un ramo de flores.
Julieta, cuando no está cruzada, ama a Fernando, quizás porque cree que él no espera demasiado de la vida, quizás porque cuando menos se lo espera le termina demostrando lo contrario.
Fernando, pese a todo, sigue enamorado de Daniela, a quien no ve desde que terminó la primaria, y la recuerda tal cual estaba esa tarde en que le enseñó como era la cosa.
Daniela ama a María, que al tenerla entre sus piernas, le regala la felicidad con el mismo ímpetu con que al irse se la quita.
María, dueña indiscutida de sus amores, y eterna esclava de sus calenturas, está enamorada de Néstor, un profesor canoso y algo borracho que dobla su edad, y probablemente aun ni siquiera la registre.
Néstor ama a Valeria, que está empezando a sospechar que la vida le debe un par de cosas.
Valeria gusta de Julián, que cree que enamorarse es como encontrar un aroma secreto y olvidado.
Julián ama a Victoria, que se siente por encima del amor, pero no logra evitar sonrojarse cuando la sorprenden con ojos soñadores.
Victoria, sucia de noche y olvido, ama a Jacinto con brutal indiferencia.
Jacinto, que siempre anda pensando lo que dice, pero nunca dice lo que piensa, ama a Alberto.
Alberto, tipo serio si los hay, ama a la hermana Clara, su hermana, que pasa los días en un convento tratando de salvar su alma.
Clara ama a Dios; de más está decir que no es correspondida.
Dios ama a Julia con sufrido fervor, pero se priva, ya que sus reglas le impiden cuidarse, y la última de esas que se mandó, casi le cuesta el trono.
Julia sólo ama a Gastón, el más oscuro y bello de todos los gatos, que se pasean por el jardín de su casa.
Gastón ama a Luciana, hermana de su dueña, que a escondidas le regala queso, leche y atún, y además lo deja dormir en su cama.
Luciana, de ojos como mares, ama a Matías, que la sueña, pero no la ama.
Y Matías ama a Alejandra, pues no consigue desenredarse de sus miradas, pero ya se le va a pasar.

9 comentarios:

Nicolás Aimetti dijo...

Hace algunos años andaba atrás de una mina que me daba un poco de bola, pero estaba más bien enamorada de un vago que a su vez le daba un poco de bola, pero que andaba atrás de otra. Esas cosas que pasan. Entonces se me ocurrió que quizás esa cadena siguiese hasta en algún punto pegar la vuelta (onda que si nos organizamos cogemos todos como quién diría). De ahí surgió la idea del cuento.

Anónimo dijo...

La verdad es que me parecio muy interesante. Queres llegar al final para ver que pasa...

Nicolás Aimetti dijo...

Me alegro que te haya parecido interesante. Al final no pasa demasiado más allá del camino recorrido, pero siempre es bueno andar (aunque no sé si puedo decir lo mismo del siempre andar en la misma vuelta).
Gracias por el comentario.

Bruno Bauer dijo...

Muy bueno, me gustaron sobre todo las sitauciones de Jacinto, Dios y Gastón.

Esperaba encontrar mi tipo, supongo que como todo los que leen éste tipo de relatos a lo Schnitzler, pero por suerte no estaba. Mi novia diría que soy de los que se aman a sí mismos y nadie los ama. Saludos.

francisco pavanetto dijo...

jejeje, divertido. definitivamente el que me identifica se acerca al pensamiento de amar a alguien que nisiquiera sabe que existo, tragedias si las hay. pense que se iba a ir al carajo, me hizo acordar por un momento y la verdad que ni se porqué, a sueño de un millon de gatos, de gaiman, al final tiene algo de eso no, a esa cosa ciclica de pocho fernandez del soñaba que soñaba que estaba soñando. se podría hacer una revición de la historia mundial haciendo uns eguimiento de quien ama a quien, del estilo de la ley de los 7 grados pero del amor, llegaríamos a la conclusion de que todos amamos a madona? je.
abrazo!

Lucas Sallovitz dijo...

Si le ponés "tipología de la infelicidad" y termina en una orgía global, lo editas como libro de autoayuda y te llenás de oro.

Nicolás Aimetti dijo...

Galliano: Al cuento este lo tenía medio en espera porque sentía que le faltaba algo y era un poco eso de meter a Dios, Gastón y Jacinto (también los dos del final) como para quede un poco más interesante la cosa. Yo creo que tengo un poco de todos, aunque mucho de algunos y muy poco de otros. Gracias por el comentario.

Francho: Borges escribió en un prólogo a la Divina Commedia: “Infinitamente existió Beatriz para Dante. Dante muy poco, tal vez nada, para Beatriz...”. Beatriz, además de no darle bola a Dante, murió joven. Dante recorrió el infierno y el purgatorio tan sólo para volver a encontrársela en el Cielo y, al final, la tragedia terminó en comedia. Tipo cabeza dura era este Dante, el más grande de los poetas.
Gracias por el comentario, abrazo y feliz día!

Lucas: Por el lado de libro de autoayuda ya algo vengo armando, voy a ver si publico algo por estos días a modo de adelanto. Aun le falta mucho y si no publico rápido las cosas al rato me dejan de gustar y pasan al olvido. Gracias por el comentario y por la prédica en fb!

viruta dijo...

Boedo - 07:45 am.
muy temprano para jugar a la ronda?

me meto en el bolsillo:

- Victoria, sucia de noche y olvido, ama a Jacinto con brutal indiferencia -

aunque mis dedos hubiesen tecleado al vesre 'indiferencia brutal' con total predilección y alevosía.

un gusto pasar.

Nicolás Aimetti dijo...

7:45am es temprano, eso sin dudas, pero algunos juegos no entienden de horarios.

Por el contrario, Viruta, el gusto es mio, pase cuando cuando quiera!