24 noviembre, 2009

Ahab

Sangra la luna un río
En el que se apagan las palabras.
No hay certeza en el desierto
Ni dudas en el agua blanca.
Sólo la plenitud de una ballena
Nos protege de la locura.
Todas las bocas no alcanzan
Sólo la espuma
Para curar estos labios que sangran.

8 comentarios:

Nicolás Aimetti dijo...

Y seguimos con esto de tirárnosla de poeta. Y bueno, ya se va a pasar... Por ahí si si me agarra un ataque de laboriosidad termino un cuento que trata de un viaje y onda se podría inscribir vagamente en el genero del terror, pero no sé, hace un tiempo que está trabado.
Mañana o pasado publico un par de cosas sobre el tango.

El Gaucho Santillán dijo...

Està muy bien.

Yo, a veces, escribo cuantos.

Y me dicen que son de terror. En fin.

El poema, muy sensitivo.

Saludos

Nicolás Aimetti dijo...

Entiendo, Gaucho, a mi incluso me ha pasado que ni llegan a decir nada, directamente salen corriendo, así que cuando alguien se queda, sé que se trata de un valiente (o acaso un desprevenido).
Saludos.

escuchando palabras dijo...

jaja nico me gusta tu lado poetico...

Nicolás Aimetti dijo...

Yo lo ando descubriendo, siempre me sentí mucho más cómodo con la prosa, pero bueno, la vida da sorpresas, sorpresas da la vida... ya veremos que pasa. Un beso, Pato.

viruta dijo...

Me quedé colgada del verso 'la plenitud de una ballena'. No te pasa a veces?

Felíz 2010, Aimetti.

PD: Hablando de lunas, quién te dice que la luna azul no sea un buen augurio. Poético se siente, no?

Nicolás Aimetti dijo...

Sí, me pasa, y mucho. A veces un poema se justifica en la mera existencia de uno o dos versos.

Hace cuatro años planté por primera vez albahaca en mi balcón. Con los primeros fríos la albahaca muere, y desde hace cuatro años, con la llegada de la primavera, a más tardar en noviembre, vuelven a crecer de forma natural otras plantitas de albahaca. Esta primavera pasada, calculo que a razón del despelote meteorológico, parecía que no iba a venir la albahaca, pero hoy, bastante atrasado, descubrí el primer brote. Así que si la albahaca esperó hasta el 2010 para nacer, con luna azul y todo, calculo que algo debe saber.

Feliz Año, Viru.

viruta dijo...

yo tengo varios piripipíses en mi balcón, los necesito para paliar un poco tanto smog y estruendosas sirenas que hablan de cáncer y stress. la ciudad es caóticamente un cepo. tal vez en próxima vida sepa de pies descalzos, ala deltas y ballenas en aguas turquesas.