Una
fría mañana luego
de un sueño agitado, yo, que no era más que una
pobre cucaracha de
Praga, desperté convertido en un pálido hombre de
negocios. Me
encontraba aun en el callejón donde había pasado
toda mi vida,
tirado plácidamente entre la basura.
Mi primera reacción, un
infructuoso intento por levantarme, tuvo por consecuencia la muerte
de la mitad de mi familia. El resto de mis hermanas, varios primos e
incluso mi madre indignada, corrieron a esconderse con más
susto que
asombro. Mi novia, junto a quien había pasado la noche
anterior, se
encontraba aplastada bajo la manga de mi saco. La descubrí
al notar
la risa sarcástica de Margarita, una vecina que desde
hacía un
tiempo se me venía insinuando. Limpié sus restos
con unas solemnes
palmaditas y aproveché para mirar la hora. Noté
azorado que había
perdido el tren de las cinco, pero si me apuraba podía
alcanzar el
de las siete. Tomé el maletín que se encontraba a
mi lado y empecé
a correr.
20 febrero, 2010
Mientras tanto...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
16 comentarios:
Bueno, como para dar señales de vida más que nada.
Viene tranqui la cosa, que se le va a hacer... Estoy escribiendo un cuento más largo, pero tarda, y más siendo un tipo tan colgado. Además el verano, la lluvia, el calor, la humedad... todo eso.
Lindo ensayo morfoseado.
También publiqué un homenaje a K...
www.naturaldelima.blogspot.com
Està muy bueno, Nicolàs. Te hace pensar.
Te dejo un abrazo.
Escalofriante paralelo entre las cucarachas y ciertos "hombres de negocios"...
Un abrazo!
y si...siempre hay otro tren para todos...y tambien los hay q salen huyendo...muy interesante lo q escribiste...besitos
Pablo: la semana estuve de vacaciones (por el mar), recién llegué el domingo de vuelta. Después paso por tu blog a ver el homenaje a K. Gracias por pasar, un abrazo.
Gaucho: mientras no pienses mal... Otro abrazo a vos.
Natalia: Yo en realidad a las cucarachas un poco las quiero, en el fondo son bichos simpáticos. De los hombres de negocios a veces me cuesta decir lo mismo, pero bueno, tampoco hay que generalizar, Gregor Samsa, por ejemplo, era viajante de negocios y no parece un mal tipo, al contrario, más bien se pasaba de bueno. Abrazo!
Pato: igual acá, en argentina, trenes hace rato que no sobran, más bien faltan, así que yo no me quedaría tan tranquilo. Beso!
Muy bueno. La primera parte de La metamorfósis ha dado para mucha reescritura, de Monterroso hasta acá, a veces con buenos resultados como este. Te felicito también por "El tiempo del lobo".
deskafkaneado, sería una etiqueta para esta breve anécdota.
Sí, el principio de La metamorfósis es impresionante, ya decía García Márquez, que cuando lo leyó pensó: "Ah, esto se puede hacer", y ahí le cambió la vida.
Gracias por el comentario, Galliano.
Es que es muy difícil deskafkanearse, Motora. Kafka abre muchas puertas de entrada, pero muy pocas de salida (o quizás todo todo lo contrario).
Gracias por pasar!
Me encantò esto, y tambièn lo que descubrì mas abajo, pero veo que estàs un poco alejado!
Ojalà te encuentre con algo nuevo!
Saludos!
"Es que es muy difícil deskafkanearse" pero vos te des-kaskaneaste. me explico? -des-
=)
Gracias, Magah! A veces me alejo un poco, pero siempre vuelvo.
Saludos!
Hola, Ceci. Sí, había entendido la idea. Lo de que es difícil lo digo porque aunque uno en apariencia tome el sentido contrario, al final, y doy gracias, se termina volviendo a Kafka (en el sentido de la influencia). Igual no me des mucha bola.
Beso.
¡Las aventuras de Gulliver Kafka!
Ahora que decís eso, unSer, me da por pensar que pasaría si alguien escribe las de desventuras de Gregor Swift.
Publicar un comentario