08 septiembre, 2009

El país de los viejos

Un día un abuelo salió a sacudirse el polvo. Aprovechando la polvareda, le cortaron el cuello. Para saciar la culpa se lo comieron. Estaba tan, pero tan rico, que ya es tradición: en el país de los viejos, cuando alguien se mueve demasiado, va a parar directo al asador.

4 comentarios:

Nicolás Aimetti dijo...

Esta breve fábula, y la que sigue, hablan más o menos de lo mismo, o más bien parten de un mismo tema. Me gustó como quedaron las dos, así que publico ambas.

francisco pavanetto dijo...

jejeje, "carne cansada de vivir. añejada y sabrosa. carnes de abuelos de pueblo, pruébela, no podrá detener a su paladar"

escuchando palabras dijo...

uhh, nico q temita, me gustaria pensar q comiendose un abuelo tal vez
esta persona se llene de sabiduria, ojala asi sea, pato

Bruno Bauer dijo...

Me gustó más esta.