07 diciembre, 2010
Premio Oblogo y Tres Cuentos de Fusilados
26 octubre, 2010
Las mujeres no me leen
14 octubre, 2010
Más Relatos de Juan
29 septiembre, 2010
Hoy No
22 septiembre, 2010
La casa de al lado
16 septiembre, 2010
Colaboraciones: Gato Blanco y Telita
Borges junto a Beppo, su gato blanco. |
07 septiembre, 2010
Evolución
31 agosto, 2010
Mientras No Oscurezca
18 agosto, 2010
El Petiso Orejudo
11 junio, 2010
El Escudo de Atenea
08 junio, 2010
La Literatura y la Magia
Cuando uno escribe y logra sorprender, conmover, emocionar al otro, está haciendo una especie de truco. La persona que lee siente algo, pero no siempre puede explicarlo. Si el escritor comete el error de revelar el secreto (“lo que pasa es que hago esto, estaba hablando de aquello”), la ilusión se rompe, el truco queda expuesto y el lector dice “claro, era tan simple, se estaba refiriendo a eso que me había pasado y no me daba cuenta”, o algo así. Otras veces, el lector solo es el que descubre el secreto; eso lo alegra, lo llena de orgullo. Pero otras, las menos, uno escribe algo que lo llena de asombro, lo deja pasmado, y ni siquiera uno puede explicarlo. Eso es la magia.
28 mayo, 2010
El Azar y la Fe
01 mayo, 2010
Bice
Una tarde
cualquiera
escupió en su
rostro.
Unos años
después
moría
ignorando
su destino
de seglar
eternidad.
Fue más que el
deseo,
y también
insignificante
Como muchos,
Como todos
No eligió su destino
Pero decidió
el de otros.
26 abril, 2010
El dos puntos pe
05 abril, 2010
Era la noche
20 febrero, 2010
Mientras tanto...
Una
fría mañana luego
de un sueño agitado, yo, que no era más que una
pobre cucaracha de
Praga, desperté convertido en un pálido hombre de
negocios. Me
encontraba aun en el callejón donde había pasado
toda mi vida,
tirado plácidamente entre la basura.
Mi primera reacción, un
infructuoso intento por levantarme, tuvo por consecuencia la muerte
de la mitad de mi familia. El resto de mis hermanas, varios primos e
incluso mi madre indignada, corrieron a esconderse con más
susto que
asombro. Mi novia, junto a quien había pasado la noche
anterior, se
encontraba aplastada bajo la manga de mi saco. La descubrí
al notar
la risa sarcástica de Margarita, una vecina que desde
hacía un
tiempo se me venía insinuando. Limpié sus restos
con unas solemnes
palmaditas y aproveché para mirar la hora. Noté
azorado que había
perdido el tren de las cinco, pero si me apuraba podía
alcanzar el
de las siete. Tomé el maletín que se encontraba a
mi lado y empecé
a correr.
25 enero, 2010
Allá a lo lejos, aquí tan cerca
03 enero, 2010
El tiempo del lobo
Llegó el
tiempo del lobo. Sólo pienso en coger. Sólo
pienso en matar. Morir
salvaje.
Nos están
cazando. Las ciudades fueron devoradas. Sólo uno cada cien
aun
sobrevive. Es mejor andar solo. El fuego, un lujo, muy peligroso. Hay
que aprovechar la sangre brotando caliente, dulce manantial de vida.
De a poco
vamos olvidando las palabras, ya nadie confía.
Comienza a
correr cuando me descubre al acecho. Es apenas una niña,
cosa fácil.
Al ser atrapada no grita, no tiene miedo, guarda sus fuerzas para la
lucha. Lo más rápido es quebrarle el cuello, sin
embargo, observo
pasmado, la estoy abrazando. Sus se uñas se clavan en mi
rostro.
Pienso en romper sus muñecas. Hago presión en sus
manos, frágiles,
las aparto. No comprendo qué pasa, maldito instinto. Saco el cuchillo
y, presa de un reflejo involuntario, corto un pedazo de queso de mi
morral. Le pregunto si tiene hambre. Se lleva un trozo de queso a la
boca mientras tiembla.
Le entrego
mi saco y me voy, no puedo dejarme caer en la tentación de
seguir
cuidándola.